Resumen de La invasión de los ladrones de cuerpos (1956)
junio 5, 2022
Un psiquiatra, el Doctor Hill, es llamado a la sala de emergencias de un hospital de California, donde se encuentra detenido un hombre muy agitado. Hill accede a escuchar su historia. El hombre se identifica como médico y relata, en retrospectiva, los acontecimientos que llevaron a su arresto y llegada al hospital.
Comenzó el jueves pasado, en la cercana ciudad de Santa Mira, el Doctor Miles Bennell regresa de un congreso de medicina. Tras su llegada la consulta está llena de pacientes. Antes de llegar ve a un niño huir de su madre, la madre le dice al doctor que su hijo no quiere ir al colegio.
Ve a varios pacientes que aparentemente sufren de delirio de Capgras, la creencia de que sus familiares de alguna manera han sido reemplazados por impostores de aspecto idéntico. La primera en ver es a Becky, su exmujer, quien tras 5 años fuera, a vuelto al pueblo. Le habla de su prima, dice que algo le pasa, su prima no reconoce a su tío, dice que no es su tío, que es un impostor. Becky lo vió y dice que si es su tío, pero la prima insiste que no lo es. Bennell acepta visitar a la prima de Becky
Bennell recibe al niño que huía de su madre, su abuela lo lleva al médico. Y le comenta que el crío piensa que su madre es una impostora. Le pide a su abuela que se quede con el niño un par de días.
Esta situación perturba al doctor, quien inmediatamente va a visitar a la prima de Becky. Habla con su tío, y no ve nada extraño, pero ella insiste que no es su tío. Le pide que le diga que ve en él distinto, ella no sabe explicarse, dice que no es algo que se vea a simple vista. Siempre fue muy cercana a él, nota distinta su mirada.
También habló con su tío de recuerdos que sólo ella y él saben, parece que las recuerda todas. Cree que todo es igual menos sus emociones. El doctor no entiende que le ocurre, pero quiere ayudarla y le recomienda que vaya a un psiquiatria.
Bennell y Becky van juntos a cenar, ahí se encuentra con psiquiatria y le habla de los dos casos extraños que tiene. Pero ellos ya conocían esos casos, al parecer no son los únicos casos, creen que es alguna neurosis contagiosa. Todo ocurrió hace 2 semanas aproximadamente.
Bennell entra al restaurante que parece vacio, el dueño dice que llevan así 2 semanas. Recibe una llamada cuando llega al restaurante, es un caso urgente de un paciente. Junto con Becky van a ver a ese paciente, se trata de Jack y su mujer, ninguno está enfermo, le piden a Bennell que entre en su casa.

Le pide que cuando vea lo que pasa, no llame a la policía. El doctor entra y va a la mesa de billar, parece que hay un cadaver, pero no es un cadaver cualquiera. Su cara parece difuminada, no tiene huellas dactilares, no hay rayas ni líneas en su cuerpo. Hablan de como ese hombre tiene un físco que se asemeja a Jack en estatura y peso. En ese momento Jack se corta la mano.
Bennell cree que los casos de Capgras que hay en el pueblo, y este cadáver tienen algo que ver. Lleva a Becky a su casa, y en ese momento sale el padre de Becky del sótano, pero parece normal.
La mujer de Jack se despierta y ve como el cadáver parece que ha completado su rostro, incluso se mueve. El rostro es igual que el de Jack, incluso ha copiado el corte en la mano que se hizo hace escasas horas. Rápidamente se van a casa del doctor. Ahí le cuentan lo sucedido y llama al doctor Kauffman para que les ayude. Pero Bennell se acuerda de Becky, cree que corre peligro.
Rápidamente va hacia su casa, y se cuela por el sótano. Abre un armario y se encuentra un cadáver formándose, huye en busca de Becky quien está totalmente dormida. Se la lleva en brazos a su casa. Becky se queda con la mujer de Jack, mientras los hombres van a casa de Jack para ver el cadáver. Cuando llegan a la casa el cadaver se esfumó.
Kauffman no se cree nada de lo que dice el Bennell y Jack, deciden ir a la casa de Becky, pero el cadáver que vio Bennell también desapareció. Aparece el padre de Becky y la policía, denuncian la desaparición de 2 cadáveres. El policía les informa que vieron a un hombre sin huellas dactilares en el depósito de cadáveres.
Por la mañana Bennell y Becky desayunan, escuchan un ruido en el sótano, es el hombre del gas. Eso les asusta, pero su comportamiento es normal y se tranquilizan. El doctor se va a trabajar y se encuentra con la prima de Becky, le dice que ya se le pasó, que ese era realmente su tío ella estaba equivocada. También en su consulta el niño parece que ahora si reconoce a su madre.
Bennell se alegra, pero se cuestiona porque han cambiado de repente. Se reúne con sus amigos, y en cuanto se mete en el invernadero ve algo extraño. Hay varias vainas de semillas gigantes que parecen abrirse, todos van a verlo. Creen que de ahí salen los cuerpos, y que están tratando de imitar los de ellos. Bennell impide que Jack les mate, quieren ver su evolución.

Intenta poner en contacto con las autoridades federales, pero las líneas están ocupadas. La policía del pueblo ya no son humanos, así que no son de fiar. Los cadáveres casi se completan y deciden asesinarlos.
Huyen del lugar para ir a casa de Sally, mientras Jack y su mujer se van al pueblo más cercano. Ahí estaba el padre de Becky con una vaina, le pilla la policía. Bennell y Becky pronto se dan cuenta de que todos los habitantes de la ciudad han sido reemplazados y carecen de cualquier tipo de humanidad. Ahora ambos tienen que huir, todo el pueblo les persigue. Se esconden en la oficina de Bennell por la noche, prometiendo permanecer despiertos para no ser reemplazados por sus duplicados.
A la mañana siguiente, Bennell y Becky observan desde la ventana de la oficina cómo llegan camiones llenos de cápsulas gigantes al centro de la ciudad. Escuchan mientras el jefe de policía, indica a los demás que los lleven a los pueblos vecinos para plantarlos, y usarlos para reemplazar sus poblaciones. Kauffman y Belicec, quienes ahora también son «personas de cápsulas», llegan a la oficina de Bennell con nuevas cápsulas para Becky y Bennell. Revelan que una forma de vida extraterrestre es responsable de la invasión y que las cápsulas, capaces de replicar cualquier forma de vida, viajaron por el espacio y aterrizaron en un campo. Después de su toma de posesión, la humanidad perderá todas las emociones y el sentido de la individualidad, creando un mundo superior, simplista y libre de estrés.

Después de pelear y noquear a los extraterrestres, Bennell y Becky escapan de la oficina. Afuera, pretenden ser personas sin emociones, pero Becky grita cuando ve a un perro salir corriendo al tráfico, su reacción expone su humanidad. Suena una alarma de la ciudad y la pareja huye a pie, perseguida por una multitud de personas.
Agotados, logran escapar y esconderse en una mina abandonada en las afueras de la ciudad, luchando por mantenerse despiertos para que no se apoderen de sus cuerpos. Más tarde, escuchan música y Bennell deja a Becky brevemente para investigar. Sobre una colina, ve una gran granja de invernadero con cientos de vainas de semillas gigantes que se cargan en camiones. Bennell regresa para contarle a Becky y, al besarla, se da cuenta, para su horror, de que ella se durmió antes de que él regresara y ahora es uno de ellos. Becky hace sonar la alarma mientras Bennell se escapa. La mafia lo persigue nuevamente y finalmente se encuentra en una carretera llena de gente. Después de ver un camión de transporte con destino a San Francisco y Los Ángeles lleno de cápsulas, grita frenéticamente a los automovilistas que pasan: «¡Ya están aquí! ¡Ustedes son los siguientes! ¡Ustedes son los siguientes!».
El flashback termina con Bennell terminando su historia en el hospital. El doctor Hill y el médico de guardia salen de la habitación, este último expresa su certeza de que Bennell es un psicótico. Justo en ese momento, un camionero es llevado al pasillo en una camilla después de haber resultado gravemente herido en un accidente. El enfermero les dice a los médicos que el hombre tuvo que ser sacado de debajo de una carga de cápsulas gigantes que venían de Santa Mira. Ahora, finalmente creyendo la historia de Bennell, el dcotor Hill pide a la policía que bloquee las carreteras de entrada y salida de Santa Mira mientras alerta al FBI.